Kombucha y la tecnología: ¿qué relación hay entre el té y los avances tecnológicos?

Kombucha, el té que puede revolucionar... ¿la tecnología?

Investigadores de la Universidad de Cornell consiguen armar circuitos eléctricos baratos y sostenibles sobre las bacterias y levaduras del popular té.

Por Roberto Rahona  |  08 Marzo 2023

A estas alturas, seguro que has oído hablar de la kombucha o sabes de alguien que la toma regularmente. La bebida milenaria, que hasta hace un lustro no conocía prácticamente nadie, ha multiplicado sus ventas un 580% en los dos últimos años en España, hasta facturar 21,1 millones de euros con sus 8,19 millones de botellas vendidas en 2022, según un informe de Komvida Kombucha elaborado con datos de las consultoras Nielsen y Kantar Media.

Como sabemos, la kombucha es una bebida saludable por sus propiedades antioxidantes, antibacterianas y digestivas y por su capacidad para reducir el colesterol malo y aumentar el bueno cuando se elabora a partir de té verde. Pero además de eso, según un estudio de la Universidad de Cornell, la kombucha puede usarse para elaborar microchips, lo que supondría una nueva forma de fabricación de componentes eléctricos con numerosos beneficios para los bolsillos y el medio ambiente.

Esto pasaría a confirmar que la kombucha resulta ser un superalimento como pocos en el mundo. Y no precisamente por sus beneficios para la salud, sino porque, su potencial uso en la industria tecnológica se une a otras funciones que puede desarrollar el producto, como ser un fenomenal sustituto sostenible del cuero para la fabricación de ropa y zapatos y un estupendo filtrador y purificador de agua al prevenir la formación de biopelículas. Pero centrémonos en sus posibilidades tecnológicas.

Tapete de kombucha sobre el que se imprimen los circuitos eléctricos
Tapete de kombucha sobre el que se imprimen los circuitos eléctricos Cornell University

La relación de la kombucha con los componentes eléctricos

Andrew Adamatzky, el líder del grupo de investigadores del nuevo hallazgo, ya elaboró un estudio en 2021 sobre las propiedades conductoras vivas que tiene la kombucha, así como sus futuras aplicaciones. No obstante, cabe destacar que esta investigación ha utilizado el cultivo que se usa para elaborar el popular té, compuesto por un simbiótico de bacterias y levaduras llamado SCOBY, el cual no es conductor y puede actuar como base donde se implantan los componentes eléctricos.

Los resultados adquiridos a raíz de la investigación de la universidad neyorquina han demostrado que es posible imprimir circuitos electrónicos sobre alfombrillas elaboradas con cultivos secos de SCOBY. Las impresiones se realizaron primordialmente con una impresora de aerosol, y en otros casos, con una 3D que utilizaba un filamento de cobre y poliéster como materiales conductores para construir el circuito. Además, consiguieron unirles luces LED y que estas se encendieran.

Uno de los aspectos más impresionantes de este hallazgo es que los tapetes de SCOBY sobre los que se imprimieron los circuitos presentaron una resistencia a las roturas muy grande, habiendo sido capaces de aguantar varios días bajo el agua e incluso llegar a soportar temperaturas de hasta 200ºC. No obstante, lo más interesante de todo es la elasticidad que tiene el material elaborado a partir del secado del compuesto, ya que puede ser estirado y doblado repetidamente, a diferencia del resto de materiales que tradicionalmente se utilizan para estas aplicaciones como los plásticos o cerámicas. Por otra parte, los tapetes de esta combinación de bacterias y levaduras son más baratos y ecológicos.

En resumen, los tapetes de SCOBY tienen el potencial de convertirse en una fenomenal base para la construcción de circuitos eléctricos sobre ellos gracias a sus propiedades aislantes, su gran elasticidad, su fenomenal resistencia al calor y a las roturas y su biodegradabilidad.

Circuito impreso sobre un tapete de SCOBY
Circuito impreso sobre un tapete de SCOBY Cornell University

En un futuro, los biomateriales deberán reemplazar a los plásticos en una búsqueda por crear industrias más sostenibles y con menor impacto en el planeta y sus poblaciones. Este estudio es una piedra más en ese camino que la humanidad debe recorrer.

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