LinkedIn está podrido de spam, y a Microsoft le da igual

LinkedIn está podrido, y a Microsoft le da igual

La red "profesional" de Microsoft es un nido de spam y utiliza tácticas para mantener usuarios como un facebook cualquiera. Y parecen ser conscientes y aprovecharse de ello.

Por Diego López García  |  13 Junio 2022

Hace ya seis años que Microsoft compró LinkedIn por unos 26.200 millones de dólares. Desde entonces, esta red social profesional ha evolucionado como un tiro, aumentando año tras año sus ingresos, hasta superar los 10.000 millones de facturación en el último ejercicio reportado. En 2015, antes de la adquisición, la empresa ingresó 3.000 millones de dólares.

No sabemos, eso sí, si la red social es rentable a la compañía de Redmond, que desde 2019 no ofrece datos sobre los beneficios de LinkedIn (por aquel entonces era deficitaria). En cuanto a usuarios, los ha doblado desde algo menos de 400 millones a los 822 millones de usuarios con los que cuenta en la actualidad.

Para Microsoft, LinkedIn se ha convertido, junto a Github, en un producto clave para impulsar su clientela profesional, más allá de buscar la rentabilidad exclusiva del producto. LinkedIn ayuda a vender Office 365 y, sobre todo, los productos en la nube de Azure, con los que Microsoft factura ya más de 23.000 millones de dólares al trimestre.

Otra cosa es lo que ha sucedido con LinkedIn más allá de las métricas durante estos seis años. Cierto es que la red social se ha popularizado y se ha convertido ya en el portal de referencia profesional (¿alguien se acuerda de Infojobs?), pero la evolución real de LinkedIn dista bastante de ser tan idílica como sus números dejan entrever.

Un desarrollo errático y sin rumbo

Si echamos ligeramente la vista atrás, lo cierto es que LinkedIn apenas ha evolucionado durante estos seis años con Microsoft al frente. Más allá de absurdas decisiones siguiendo la moda, como lo de implantar Stories para al año retirarlas (sí, LinkedIn también tuvo Stories), la red social apenas ha cambiado durante este tiempo.

Su diseño es prácticamente idéntico, las páginas siguen siendo un caos de administrar aunque hayan intentado mejorarlas, y las únicas mejoras han venido del lado de la monetización, como en su portal de empleo y selección de candidatos.

Sin embargo, como usuario premium durante varios años, he decidido no renovar mi suscripción porque el servicio ha dejado de aportarme valor. El spam se ha adueñado de LinkedIn, con la complicidad de la compañía, y aunque sigue habiendo valor y contenido interesante, cada vez es más difícil de filtrar entre bots y vídeos graciosos como si esto fuese TikTok.

Hola LinkedIn, tienes un problema muy grande con el spam

Cada semana me llega como poco un privado de una compañía India que me ofrece servicios de desarrollo remoto. Son molestos, pero al menos se han tomado el tiempo de ver a qué me dedico y en qué me podrían ayudar.

Otros privados, sin embargo, o son simples bots que le mandan el mismo mensaje a todos, o directamente ni se molestan en saber qué hago para ofrecerme algo.

El spam en LinkedIn es tal vez ¿más sutil?
El spam en LinkedIn es tal vez ¿más sutil? MENzig

Mira la foto. Cuatro personas distintas, todas ellas con más de 500 contactos, entre ellos varios conocidos personales, con títulos como "Especialista en marketing", "Expansion Manager" o similares. Todas mandan el mismo mensaje, o parecidos. Ninguna existe. Basta con hacer la búsqueda inversa de sus fotos de perfil para saber que están extraídas de un banco de stock de imágenes.

El gran problema es que, cuando informas a LinkedIn de cada una de ellas, la respuesta es siempre la misma. "Nuestro Trust & Safety Team ha revisado de manera detallada el mensaje y hemos determinado que no viola nuestras políticas". Y así con todos los mensajes de spam reportados. Cuando ni siquiera envío los que parecen mandados por un ser humano, sino cuando veo claramente un patrón que un básico algoritmo contra el spam podría detectar.

El resultado final es que LinkedIn se ha convertido en un estercolero, una ciudad sin ley donde la red social premia que tengas cada vez más conexiones (llevándote a aceptar a cualquiera para poder acceder a sus contactos), a la vez que se llena de perfiles falsos que al parecer ni ellos mismos son capaces de identificar o, más bien, no quieren identificar para luego poder presumir de métricas.

Pero como lo "profesional" parece tener un halo de seriedad, nadie le va a toser a Microsoft. Mientras las cosas estén mucho peor en Facebook o Twitter, parece que LinkedIn seguirá siendo lo que es ahora, o peor.

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