Así será el mundo en menos de un siglo según las predicciones: vacaciones en Marte, tiendas de órganos vitales...

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Vacaciones en Marte, cánceres curados y Guerra Fría online: así será el futuro según las predicciones

Desde que tenemos uso de razón la humanidad ha venido realizando predicciones sobre cómo sería el mundo en el futuro. Esta tendencia ha servido para escribir el argumento de muchas obras de ficción y, también, para desarrollar una rama de la ciencia encargada de estudiar la evolución de la civilización. En este artículo repasamos lo que se ha escrito recientemente acerca de cómo será la vida en las próximas décadas.

Por Javier Fernández  |  22 Marzo 2019

El relato de la saga de ciencia ficción 'Fundación', escrita por Isaac Asimov, comienza cuando un científico vaticina la caída del Imperio Galáctico a través de la 'Psicohistoria'. Esta ciencia es capaz de predecir el comportamiento futuro de poblaciones enormemente grandes mediante cálculos matemáticos. Se trata de una idea muy original que, de momento, solo es posible en el campo de la imaginación, por lo que si queremos hacer predicciones sobre nuestro futuro, tenemos que recurrir a otros medios. son muchos los que se han animado a realizar sus propios planteamientos sobre cómo será la vida en el futuro. Aquí hemos seleccionado algunas ideas. Que se cumplan es otra cosa.

Podemos hacer predicciones, pero, ¿las acertaremos?

Generalmente se cree que realizar predicciones sobre el futuro puede ser un ejercicio estéril, de carácter completamente subjetivo. No obstante, existe la prospectiva, una ciencia que se dedica al estudio del avance científico y tecnológico para predecir el desarrollo futuro del mundo. Además, acertar en los planteamientos es posible: en 1968, la Asociación de Política Exterior publicó un libro titulado 'Hacia el 2018', con motivo del 50 aniversario desde que se planteó por primera vez la creación de una Sociedad de Naciones, que dio en el clavo en más de una cuestión.

El presidente norteamericano, Woodrow Wilson, expuso por primera vez la idea de crear una Sociedad de Naciones en 1918.
El presidente norteamericano, Woodrow Wilson, expuso por primera vez la idea de crear una Sociedad de Naciones en 1918. GTRES

Por ejemplo, el libro vaticinaba la proliferación de unidades tecnológicas portátiles, así como el 'picturephone': la comunicación cara a cara entre dos personas a larga distancia, también mediante imágenes y textos.

Otros aciertos fueron el aumento de la temperatura, de la población y la aparición de enormes bancos de datos personales y redes sociales. Derivado de todo ello surgiría el problema entre el afán por conocer y la privacidad. Parece como si los autores hubieran viajado hasta nuestros días en el Delorean de Marty McFly.

Sin embargo, erraron en algunos puntos. Todos estos avances tecnológicos no parecen haber forzado al ser humano "a pensar más lógicamente". De hecho, la proliferación de fake news se debe al crédito que muchos usuarios les dan, sin pararse siquiera a considerar su grado de credibilidad. Por otra parte, no existe un lenguaje universal "parecido a una modificación expandida del inglés", aunque dicho idioma fuera el más estudiado en los institutos de la Unión Europea en 2016.

A pesar de los 'fallos', nos planteamos: si hubo aciertos, ¿por qué no podrían repetirse de nuevo? Estos son las predicciones que se hacen en pleno 2021 sobre lo que pasará antes de entrar en el siglo XXII (se dice pronto).

Más años de vida y viajes a Marte

El avance tecnológico es el elemento clave del desarrollo de la civilización. Es el desencadenante de los cambios de nuestra sociedad a todos los niveles: sociales, económicos, políticos etc. Constituye, por lo tanto, un factor indispensable para cualquier teoría futurista.

Siguiendo esta línea, algunos científicos y periodistas han señalado a la automatización y la Inteligencia Artificial como las tecnologías que cambiarán radicalmente ámbitos como el trabajo o la medicina.

Amy Zalman, profesora de la Universidad de Goertown y fundadora del Strategic Narrative Institute, afirmó que habrá trabajos "perdedores" y "ganadores". En el primer grupo se situarán las personas con conocimientos "de cuello blanco", como los contables, y algunas partes de la labor periodística y de la abogacía.

El segundo grupo estará integrado por aquellos trabajos que sean compatibles con la intersección de la tecnología, aquellos donde el trabajo continuo con datos sea importante como la justicia criminal, los servicios médicos o la biotecnología. Desconocemos la razón, pero a su juicio, el periodismo y el derecho no se ajustan a este último grupo.

Más allá de coincidir o no con su planteamiento, Zalman pone el foco en uno de los campos que, bajo su punto de vista, más va a cambiar en las próximas décadas: la medicina.

Cuidados Inteligentes y comunicación telepática

"Los doctores humanos tienen un problema: son humanos", escribió Faith Popcorn, fundadora y CEO de la consultoría BrainReserve. La autora planteó la sustitución de la Inteligencia Artificial, ya que los algoritmos no enferman y "proporcionarán a los pacientes la función de doctores 24/7". Ir al médico será innecesario, ya que la IA informará sobre qué tipos de alergia estamos desarrollando, cuánto ejercicio necesitamos y cuál es nuestro nivel de estrés.

Pero ¿cómo podría la IA avisarnos de todas esas cosas? Si bien Amy Zalman sugirió que los tatuajes del futuro tendrán la función de monitorizar el cuerpo, Popcorn habló de micro-chips que serían implantados en los recién nacidos. También señaló que, para el 2050, las huellas dactilares podrían almacenar nuestro registro médico.

La tecnología ya ayuda a la medicina actualmente. Es el caso de Milorad Marinkovic, quien sufrió un accidente que le costó el antebrazo derecho y que ahora posee una prótesis biónica que le ayuda con su día a día.
La tecnología ya ayuda a la medicina actualmente. Es el caso de Milorad Marinkovic, quien sufrió un accidente que le costó el antebrazo derecho y que ahora posee una prótesis biónica que le ayuda con su día a día. GTRES

Además, advierte de la efectividad de los "psicólogos IA": "Ellos entienden qué cuestiones provocan estrés. Miden los parámetros biométricos del paciente durante las sesiones. Los terapistas humanos no pueden hacer eso". Veremos si la psicología del futuro es ejercida por máquinas al estilo HAL 9000 de '2001: Una Odisea en el Espacio'.

Sin embargo, no es el planteamiento más sorprendente en el ámbito de la medicina. Michio Kaku, físico teórico y futurista, cree que determinadas formas de cáncer estarán curadas para el año 2050 y que empezaremos a tratar dicha enfermedad como un resfriado común, por lo que no será letal nunca más. Según el autor de 'La Física de lo imposible', la tecnología ayudará a detectar tumores "años e incluso décadas antes de que se formen". ¿Cómo? Pues, por ejemplo, con baños inteligentes que permitirán realizar biopsias para identificar las células cancerígenas.

Además, usaremos ropa capaz de "detectar los principios de un ataque al corazón", por lo que viviremos más. Kaku cree que para 2050, "habremos puesto las bases de la inmortalidad". El autor considera que la medicina proporcionará longevidad, lo cual hará necesaria la creación de "tiendas de cuerpo humano" donde crecerán, gracias al uso de células humanas, órganos que sirvan para reemplazar aquellos que tengan un comportamiento disfuncional.

El científico estadounidense cree, además, que en 2050 se habrá desarrollado la 'Brain Net'. Esta tecnología creará una nueva forma de comunicación en la que "seremos capaces de enviar recuerdos, emociones y sentimientos a través de internet". Esta forma de telepatía reemplazará el entretenimiento tal y como lo conocemos: "las películas serán obsoletas".

Aprovechar el espacio exterior

De cumplirse estas predicciones, la Humanidad tendrá que lidiar inevitablemente con la superpoblación de la Tierra. La solución sería la creación de asentamientos en otros planetas, no obstante, el astrofísico Neil deGrasse Tyson considera esta opción un tanto remota. Según el autor del libro 'Accesory to War: the Unspoken Alliance Between Astrophysics and the Military', los colonos antiguos se asentaban en cualquier lugar ya que "el soporte de vida básico existía": podían respirar el aire, reparar las embarcaciones con madera de los árboles y tomar las frutas de las plantas. Sin embargo, todo esto no existirá para "la nueva generación de colonizadores".

Más allá de la posibilidad de que Marte se convierta en "un lugar de vacaciones" donde la gente vaya a disfrutar en sustitución de ir a la playa, deGrasse cree que "podríamos tener acceso a lo que son, esencialmente, recursos ilimitados". El científico se refiere a las "cantidades ilimitadas de agua" de los cometas, así como a los asteroides, ricos en metales y minerales básicos para la civilización como el oro, la plata, el platino, el iridio, el cadmio o el osmio.

Los viajes tripulados a Marte han sido objeto de numerosas teorías futuristas.
Los viajes tripulados a Marte han sido objeto de numerosas teorías futuristas. GTRES

El espacio cobrará mayor importancia de la que tiene actualmente. No sólo será estudiado por científicos y astrónomos, sino por conglomerados empresariales e incluso por estrategas geopolíticos. DeGrasse sostiene que el valor futuro espacial residirá en "la cantidad de comercio que los sistemas hardware puedan contener", centrándose particularmente en los satélites GPS". Los satélites generan cientos de billones de dólares en comercio", apunta, poniendo como ejemplo a Uber y Tinder.

Además, cree que las tensiones entre dos países se trasladarán fuera de la Tierra, abriendo la posibilidad a conflictos espaciales entre dos o más potencias.

Dominio chino

El desarrollo de las desavenencias entre las potencias económicas también es objeto de las más diversas predicciones. Bruno Maçães, exsecretario de Estado de Asuntos Europeos de Portugal, cree que "Occidente será una isla en el océano del poder chino".

El político luso es el autor de 'Belt and Road: The Sinews of Chinese Power'. Belt and Road es el proyecto de infraestructura económica y comercial más ambicioso que el país chino ha diseñado en mucho tiempo. La Nueva Ruta de la Seda, como se conoce al plan en castellano, ha sido criticado por sus detractores, ya que consideran que se trata de una estratagema de dominación mundial. En este sentido, el autor considera que China instaurará un nuevo orden económico.

El que fuera presidente de España en 2014, Mariano Rajoy, asistió aquel año al foro de la Nueva Ruta de la Seda celebrado en China.
El que fuera presidente de España en 2014, Mariano Rajoy, asistió aquel año al foro de la Nueva Ruta de la Seda celebrado en China. GTRES

Maçães cree, además, que la influencia del país asiático aumentará en el futuro, pudiendo llegar a protagonizar la primera misión tripulada a Marte. Frente a China estarán las potencias occidentales, lideradas por Estados Unidos.

Guerra Fría online

Este enfrentamiento también será online, según An Xiao Mina. Aunque el tecnólogo no cree en el dominio chino, advierte que en torno al 2050 el mundo se dividirá en dos mitades. En una se encontrará la 'Libre Web' y la 'Federación de la Seguridad de Internet', esta última liderada por EE.UU, y en la otra estará 'Tranquil Net', una alianza de naciones liderada por China.

El nivel de vigilancia y seguridad de Internet será más alto que hoy en día, pero estará sujeto a la normativa nacional de los países pertenecientes al primer grupo, mientras que la alianza encabezada por China tendrá un mayor grado de represión. Todo esto se hará con la excusa de luchar contra el espionaje. Y en medio de este panorama estarán las 'zonas neutrales', una especie de Movimiento de Países No Alineados futurista. Sin embargo, la amenaza más peligrosa para los Estados puede no estar en Internet.

Ultimátum climático

Geoff Mann y Joel Wainwright, autores de 'Leviatán Climático', creen que las consecuencias de este grave problema no serán sólo medioambientales, también serán políticas. "En tanto que es más difícil que el cambio climático sea ignorado por las naciones-estado capitalistas, ¿cómo responderán éstas?

".

Ambos sugieren que los líderes de las principales potencias acordarán estabilizar lo máximo posible el orden global para minimizar los daños, pero creen que nunca funcionará porque la respuesta será capitalista y "el capitalismo es el origen de la mayor parte del problema".

El cambio climático puede ser el fin para los estados-nación, según Geoff Mann y Joel Wainwright.
El cambio climático puede ser el fin para los estados-nación, según Geoff Mann y Joel Wainwright. GTRES

Mann y Wainwright sostienen que Las naciones-estado corren peligro porque la economía capitalista se basa en la expansión y en la acumulación del dinero, mientras que los recursos principales que emplea (como el carbón y el combustible fósil) son limitados.

Esta predicción parece casar con la situación que está atravesando Francia. Macron estableció un impuesto a los carburantes con el objetivo de luchar contra el cambio climático, lo cual desató una ola de manifestaciones que no se veían en el país galo desde 1968. Aunque el presidente del Eliseo rectificó, las protestas han continuado, y en todas ellas se han gritado consignas a favor de su dimisión.

Y es que es muy bonito imaginar ciudades que hayan conseguido reducir la contaminación gracias al uso de los coches eléctricos. Pero, ¿quién puede permitirse ese tipo de vehículos? Klaus Fröhlich, ejecutivo de BMW, expresó su convicción de que estos coches siempre serán caros. Las soluciones tienen que valer para la calle, no sólo para los despachos ostentosos.

Muchos futuros, un solo presente

Porque al final, quien está en medio de todos los cambios posibles es la población.

Así que, podemos imaginar un mundo de represión, como An Xiao mina, o en el que nuestros cuidados médicos sean realizados por logaritmos, como Faith Popcorn. También podemos creer, al igual que Kate Julian, editora de The Atlantic, que en medio siglo, la forma principal de disfrute sexual será individual, gracias a los robots sexuales y la pornografía con realidad virtual.

Sin embargo, es posible plantearse un futuro más democrático, en el que la tecnología sirva para preservar los derechos y libertades civiles. O podemos dejar de jugar a ser Nostradamus y hacer caso a Fernando Pessoa, escritor portugués: "Siempre vivo en el presente. No conozco el futuro y ya no tengo el pasado". Cualquier opción es válida, y en alguna estará el acierto.

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